Comenzaré hablando del lugar de exposición, pues es una nueva dotación para el pueblo, situada en una vieja construcción, casi olvidada, y bastante peculiar. El ayuntamiento de Cheste, gracias a unas ayudas para el desarrollo rural, acondicionó un viejo aljibe subterráneo que pedía a gritos su mantenimiento y que se encontraba situado debajo del antiguo depósito elevado de agua, y también debajo del antiguo edificio de la policía local. Exactamente este depósito data del siglo XVII, tiene una profundidad de unos 11 o 12 metros y una planta de 3 o 4 por 7 metros, además está construido con sillería, como era típico en la época.
Las obras de rehabilitación del aljibe han consistido en dotar con un núcleo vertical de comunicaciones y una plataforma metálica que genere dos alturas, se han enfoscado y acondicionado las paredes, además de pintarlas con un tono muy claro verdoso. También se ha dotado de iluminación artificial mediante focos de luz ajustables y de un sistema de renovación del aire viciado, que ayuda a mantener un buen clima y una atmósfera adecuada para las exposiciones.
Esta restauración se inauguró el pasado 9 de octubre, aprovechando la festividad de la Comunidad Valenciana y el día de la "pisá de la uva", uno de los días grandes de las fiestas patronales de Cheste dedicadas a la vendimia. Personalmente pude asistir a la inauguración de tal, y contemplar en ese momento la exposición de carteles para el "llibret" de las fiestas.
Pasemos a hablar de la exposición:
Se compone de 20 obras al óleo realizadas por Antonio Torres Íñigo, en las que el color y las formas geométricas son el principal atractivo de las composiciones. Desde la propaganda institucional de la exposición se ha hablado de "puro expresionismo geométrico", pero yo no me atrevo a utilizar tal término por desconocimiento de la definición.
Como he nombrado, juega con las formas geométricas creando planos de color, no llegando a ser cubismo, a mi parecer, pues no se descompone el objeto para poder observar las distintas vistas.
El autor utiliza en sus cuadros un gran colorido, además de una impresionante brillantez, conseguida por el uso de la pintura al óleo y por, me pareció observar, incluir en algunas pinceladas algún tipo de material reflectante, como podría ser algún tipo de purpurina. También hay que destacar el uso del dorado, también particular.
Otra particularidad es la no definición de los fondos, los cuales son formados por los ya nombrados planos de color. También nombrar que Torres Íñigo utiliza una imprimación oscura, por lo que pude observar, formada por un lienzo de color negro, con gruesos hilos y de apariencia basta. Los planos de color están separados unos de otros por espacios en "blanco" (o debería decir en negro?), "líneas" sobre las que el autor no ha colocado pintura. La propia tela, el propio lienzo, entra a formar parte activa de la obra de arte.
Compositivamente falta añadir algunos recursos utilizados por el autor, como son la superposición de elementos, personas y objetos, además de una frecuente utilización de diagonales.
Respecto a la temática, Antonio Torres Íñigo nos muestra una colección con diversidad de temas, entre los cuales podemos encontrar el desnudo femenino, que tiene una gran importancia, y el mundo taurino. También la temática valenciana, el folklore, algún bodegón y un par de obras dedicadas a la literatura componen la exposición.
En algunos de los cuadros podemos distinguir elementos diferenciadores de la lujuria y el ocio, como la manzana, repetida en varios de ellos, y que podemos comparar con el uso que hacía El Bosco en sus obras, tomando el significado sexual que se le daba a tal fruta en la época medieval. Además podemos observar también la frecuente repetición de la representación de máscaras carnavalescas, que aportan una lectura misteriosa, casi oculta de lo que se puede encontrar detrás de ellas. Curioso me pareció el detalle de la representación de vino cayendo en una copa, ya que se conseguía la sensación de movimiento desde la inmovilidad y planeidad de los planos. También añadir la aparición de elementos musicales en algunas de las composiciones, que aportarían ese lado más cercano a la cultura de las bandas de música de nuestra tierra.
Y para finalizar, algunas observaciones sobre los cuadros dedicados al arte taurino, sin entrar en detalles de gustos o preferencias, lo que me llamó la atención es que en la mayoría de ellos, por no decir en la totalidad, aparece una pajarita de papel en alguna de las esquinas, de mayor o menos tamaño, pero a la que no pude encontrar significado alguno; y por último, señalar el detalle de que algunas composiciones parecen formar pareja, debido a que los colores y las acciones parecer formar parte de un mismo momento diferenciado por segundos.
Añadir por último que la exposición estará hasta el día 2 de enero en el Aljibe Municipal, la entrada es gratis y Cheste es un bonito pueblo.
En la fotografía superior podemos observar el detalle del elemento final de una acequia que vertía sus aguas al aljibe
Max, me ha gustado mucho tu comentario. Celebro que se haya recuperado un lugar para convertirlo en espacio expositivo. La muestra parece muy interesante. La obra me recuerda a un pintor que trabajé hace un tiempo. Muy bien.
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