jueves, 10 de octubre de 2013

Comentario [Color - Félix de Azúa]

Azul Klein.
Quizá veas un color distinto o un
azul distinto al que veía Klein.
Félix de Azúa comienza citando a Manlio Brusatin, quien dice que los filósofos veían el color con desconfianza pues el color es engañoso, es la no-verdad.
Desde el nacimiento la mente controla al ser humano, por ejemplo el color está bajo su control. El color no existe como algo tangible, algo físico, es pura figuración de nuestra mente. Todos no somos iguales pero somos semejantes, es por ello que nuestras mentes se parecen. Entonces cuando nosotros vemos un color como el rojo, otra persona puede que también vea el rojo, pero no el que tu ves. Ese color rojo es único pues ha sido creado por ti, por tu mente, pero es semejante quizá al de otra persona, pues nuestras mentes son semejantes.

Como apunta Félix de Azúa, "el color no es un cuerpo es una figura", entonces un verde o cualquier otro color es diferente para distintas personas del planeta, puesto que son personas distintas y así sus percepciones, que no solo por nacimiento, sino también por el propio aprendizaje en la vida como percibir mejor unas tonalidades u otras de un color por estar más habituado a ellas, observan el color de forma distinta. 
Los pintores durante su trabajo tomaban anotaciones para comprender mejor los colores que tenían ante ellos y poder plasmarlos de manera precisa, como Edgar Degas y otros impresionistas. Esas notas de colores se basaban en comparaciones con elementos que contenían, para ellos, ese color y les incorporaban matices, pero a nosotros no nos aporta ninguna información porque nosotros quizá no conozcamos esos elementos o la característica a la que hacían referencia los pintores. La pintura nos permite aproximar la forma y color de lo que existía ante el pintor, pues esos colores son diferentes a los que veríamos nosotros en el paisaje que tenía el pintor ante sus ojos.

La ciencia trata el color como pigmento, como luz, como sensación y como información. El color en si mismo no existe, no es un cuerpo, es un camino entre nuestra realidad y nosotros. El color es una señal que nos permite ordenar nuestra realidad, como los tipos de flores según sus colores. 
Félix también hace referencia al origen de los nombres de los colores, ya que en su mayoría éstos toman forma y ser cuando los clasificamos tomándolos de los elementos que nos rodean.  Como el carmesí proviene del color de un insecto llamado 'Coccus ilicis', o el azul ultramarino proveniente de la piedra lapislázuli. Podemos interpretar esta etimología del color diciendo que leemos el color de 'algo' porque es intrínseco en él pero que éste es diferente para cada persona. Por ello mi gris no es tu gris, y mi rojo no es tu rojo, pero los dos son grises y son rojos, ya que son intrínsecos al elemento que los contiene.
Finalmente De Azúa da unas pinceladas históricas donde el color estuvo presente de manera curiosa, como en las guerras santas donde cristianos e isláminos cabalgaban en batalla bajo banderas de idénticos colores pero de diferentes tonalidades lo que marcaba su diferencia. También muestra como las sociedades autoritarias han destruido la gama cromática, centrándose en un único color.

El pintor sin color, sin leyenda cromática no existe puesto que el pintor es la exaltación del color.

Texto realizado por Ofiuco.

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