Existen tantas personas como paletas. Existen tantas paletas como personas. Y las paletas contienen colores, muchos colores... muchísimos colores.
Félix de Azúa nos habla en su diccionario del color, de los colores, de las personas y los colores, de los colores sin personas y todo lo que el color conlleva.
Posiblemente mi rojo no sea tu rojo, tu verde no sea mi verde, y esto es muy dificil de comprobar, ya que lo colores, como bien nos indica el autor del texto, no son solamente efectos ópticos, o físicos, no son sólo luz y sombras, masa y energía, el color también es sentimiento, emociones y recuerdos.
A mi el verde "verde" me recuerda a Irlanda, a la primera imagen que tuve de la isla desde el avión, y me transfiere un sentimiento de libertad, libertad por ser la primera vez que salía al extranjero solo, sin acompañantes, teniendo que preocuparme por mi únicamente.
Lo más seguro es que para un irlandés el verde "verde" recuerde otra clase de sentimientos, quizás monotonía, quizás le recuerde a un día normal, en un lugar normal, a una hora normal... excepto cuando está fuera de su país meses o años, tantos como para que el verde deje de significar "algo diario" para significar "familia", "casa", "tierra", "vida"... .
A parte de sentimientos, emociones y recuerdos, el color viene determinado por la cultura en la que nacemos, capaz de hacernos ver la amplísima gama cromática de un modo totalmente distinto a la más diferente de las culturas del mundo. Incluso dentro de la misma cultura, si diésemos un gran salto generacional, incluso no tan grande, podríamos encontrar grandes diferencias en el color, en sus tonalidades y en sus nombres.
Para mí las fresas son rojas y cundo tengo vergüenza me pongo rojo, colorado a lo sumo, sin embargo para mi abuela las fresas son rojas y cuando tengo vergüenza me pongo "royo"; pero... claro, para los sillones de la real academia "royo" significa: de color parecido al del oro. Ahí queda la cosa, tampoco es mi propósito indagar en la evolución de la lengua... pero eso sí, no le mezcles a mi abuela lo rojo con lo royo que no es lo mismo!
Por otro lado se pueden percibir los colores como información, una información aportada por el medio, el entorno, y por las personas, que tomando la informacion natural ha sabido elaborar información transformada, como señales de advertencia o peligro, iconos, propaganda, mensajes subliminales, y un largo etc... .
Es por todo ello que el arte, y sobre todo la pintura, necesita hacer uso del color (o no), para transmitir, para emocionar, para intentarse vender o cumplir una función.
Félix de Azúa nos habla en su diccionario del color, de los colores, de las personas y los colores, de los colores sin personas y todo lo que el color conlleva.
Posiblemente mi rojo no sea tu rojo, tu verde no sea mi verde, y esto es muy dificil de comprobar, ya que lo colores, como bien nos indica el autor del texto, no son solamente efectos ópticos, o físicos, no son sólo luz y sombras, masa y energía, el color también es sentimiento, emociones y recuerdos.
A mi el verde "verde" me recuerda a Irlanda, a la primera imagen que tuve de la isla desde el avión, y me transfiere un sentimiento de libertad, libertad por ser la primera vez que salía al extranjero solo, sin acompañantes, teniendo que preocuparme por mi únicamente.
Lo más seguro es que para un irlandés el verde "verde" recuerde otra clase de sentimientos, quizás monotonía, quizás le recuerde a un día normal, en un lugar normal, a una hora normal... excepto cuando está fuera de su país meses o años, tantos como para que el verde deje de significar "algo diario" para significar "familia", "casa", "tierra", "vida"... .
A parte de sentimientos, emociones y recuerdos, el color viene determinado por la cultura en la que nacemos, capaz de hacernos ver la amplísima gama cromática de un modo totalmente distinto a la más diferente de las culturas del mundo. Incluso dentro de la misma cultura, si diésemos un gran salto generacional, incluso no tan grande, podríamos encontrar grandes diferencias en el color, en sus tonalidades y en sus nombres.
Para mí las fresas son rojas y cundo tengo vergüenza me pongo rojo, colorado a lo sumo, sin embargo para mi abuela las fresas son rojas y cuando tengo vergüenza me pongo "royo"; pero... claro, para los sillones de la real academia "royo" significa: de color parecido al del oro. Ahí queda la cosa, tampoco es mi propósito indagar en la evolución de la lengua... pero eso sí, no le mezcles a mi abuela lo rojo con lo royo que no es lo mismo!
Por otro lado se pueden percibir los colores como información, una información aportada por el medio, el entorno, y por las personas, que tomando la informacion natural ha sabido elaborar información transformada, como señales de advertencia o peligro, iconos, propaganda, mensajes subliminales, y un largo etc... .
Es por todo ello que el arte, y sobre todo la pintura, necesita hacer uso del color (o no), para transmitir, para emocionar, para intentarse vender o cumplir una función.
Me ha gustado tu comentario. Es muy simpático lo de tu abuela. Ojo, ellas siempre tiene razón. ¡Buena entrada!
ResponderEliminar