sábado, 12 de octubre de 2013

La columna de Trajano, una lección de historia.

Corre el año 113, Roma se encuentra en su máxima extensión. Las fonteras del sur, asentadas en África desde tiempo atrás, recuerdan a Publio Cornelio Escipión, victorioso frente al poderoso Aníbal, dejando a Cartago al margen de la construcción de la historia de Europa. Por el Este, encontramos la tumultuosa Judea, con ideas nuevas de unrevolucionario llamado Jesús, pero una Judea romana, gracias a los Flavios y su inmortal conquista de Jerusalén. Por el este, Hispania es una leal provincia romana y por el norte... la Dacia acaba de ser sometida por Marco Ulpio Trajano, emperador de Roma. La columna de Trajano en Roma nos explica esta victoria.

Esta columna, de 38 metros de altura nos narra mediante un bajo relieve las dos campañas que el primer emperador no romano llevo a cabo para someter al pueblo Dacio.

Trajano fue un emperador hispano, algo extremadamente inusual para aquel tiempo debido al gran privilegio que poseían las personas nacidas en Roma, sobretodo dentro de la nobleza. No obstante, Trajano ganó una gran fama y respeto entre el ejército, debido entre otras cosas a compartir con los soldados las durezas de la campaña militar.

La Columna de Trajano cuenta con mas de 200 metros de relieves con más de 2500 personas humanas. Además, se muestran muchas simplificaciones entre ellas la representación del río Danubio mediante un anciano, probablemente el arquitecto que diseño el puente más grande de la historia hasta la fecha, sobre el río nombrado con anterioridad. Inicialmente estaba coronado por un águila, simbolo de la vistoria y el honor entre las legiones romanas, no obstante pronto fue cambiada por una gran escultura del emperador Trajano y posteriormente de San Pedro por orden del Vaticano.

Esta gran obra ha perdurado durante aproximadamente 2000 años y con ella, la gloria del emperador al que ensalza, El emperador hispáno, Marco Ulpio Trajano.










1 comentario:

  1. La restauración le ha devuelto su esplendor. Es fantástico observar sus muchos detalles. Me alegro, Trajano, que le hayas dedicado una entrada. ¡Bien por ella!

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